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Quizás la mayor de las atracciones en la Reserva de la Biosfera de los Argüellos sea la Cueva de Valporquero. Abierta y acondicionada para el público general hace unas pocas décadas, sorprende al visitante por su belleza interior. La boca de la cueva se abre paso dejando atrás la localidad de Valporquero de Torío, donde, tras dejar estacionado nuestro vehículo, los usuarios disponen de una zona de esparcimiento que incluye un restaurante, una zona de juegos infantil, una zona con mesas ideal para picnics, y el edificio central donde se encuentran las taquillas y el inicio de las rutas.
La cueva comienza a formarse lentamente durante el Pleistoceno de la era Cuaternaria, cuando el hombre daba prácticamente sus primeros pasos sobre sus dos piernas. La porosidad de la roca caliza tan abundante por la zona, propició el desgaste y la erosión necesaria como para disolver el interior de la cueva, originando grandes formaciones de grupos de estalactitas y estalagmitas, tras el paso del arroyo de Valporquero.
Y es que el transcurso del agua no sólo fue creando la cavidad que hoy conocemos, y lo que todavía falta por descubrir. Siguiendo el curso del arroyo nos encontraremos con coladas, columnas, toboganes, saltos de agua, etc.
Ya de vuelta a nuestra era, la cueva, tras una profunda adaptación, abrió las puertas al público en el año 1966, y desde entonces, y junto con las nuevas rutas, ofrece al visitante varios recorridos en los que perderse por esta maravilla subterránea.
Debemos tener en cuenta que las visitas a la cueva son totalmente guiadas, por lo que debemos adquirir nuestra entrada o bien en taquilla, o bien a través de internet en la página oficial de la Cueva de Valporquero. Allí encontrarás los horarios de apertura, y sobre todo, los horarios de las visitas guiadas de las diferentes rutas.
Actualmente disponen de tres tipos de rutas:
Desde la zona de merenderos, a la que se accede directamente desde el parking a través de unas escaleras, tendremos una vista de todo el complejo, así como de la prominente formación rocosa de la que emana una cascada de agua, y que nos saluda dando la bienvenida a los visitantes.
Una vez completada la visita, o incluso antes de nuestro turno, podremos detenernos en el merendero para disfrutar del entorno, de un agradable picnic, o simplemente para contemplar las vistas. Una vez listos, podremos ir al túnel que da acceso a la boca de la cueva y desde donde comenzará la visita a través de cada una de las salas.
A lo largo de la visita tendremos la compañía de uno de los guías, que nos mostrará cada una de las salas en función del recorrido que estemos haciendo, donde nos ofrecerán toda la información y más acerca de la cueva, sus elementos, y su historia. La primera de las salas es la de las Pequeñas Maravillas, y ya nos da una pista de lo que encontraremos a lo largo del recorrido.
Dada la erosión que se ha ido produciendo en el interior de la cueva, encontraremos formaciones en esta sala que, con un poco de imaginación, podremos identificar con figuras y monumentos conocidos, como La Torre de Pisa, o la Virgen con el Niño, entre otros.
La visita continúa por la Gran Rotonda, que es la sala más grande en toda la cueva, según cuentan, tiene un volumen de más de 100.000 metro cúbicos, con una altura de más de 20 metros, que forma una bóveda sobre el vacío completamente natural.
Aquí también encontraremos figuras ilustres, como el Fantasma, y según la estación en la que visitemos la cueva, la Gran Cascada Blanca, también conocida como la Cola de Caballo.
Pero, si hay una sala mágica en la cueva, esa es la Sala de las Hadas. Durante la época de lluvias, se forma una cascada de 15 metros de altura en esta sala, que se pierde en las profundidades del Curso del Agua en la cueva. El agua, cuando llega al fondo produce un efecto difuminado, que junto con el sonido que emite, envuelve a la sala en un lugar mágico del que se dice que se pueden observar hadas. Sin duda alguna, la sala más especial para los más pequeños de la casa.
La visita continúa por el Cementero Estalactítico, siguiendo el antiguo curso del río, donde encontraremos estalactitas caídas, estalagmitas formadas de forma caótica, y que, debido al aspecto siniestro de la sala, se la conoce con el apodo anteriormente mencionado.
Si has optado por el recorrido normal, la visita terminará en la Gran Vía, una sala formada por un pasillo estrecho de más de 200 metros de longitud, con tramos donde la altura alcanza los 30 metros.
A partir de aquí, tan sólo nos quedarán por visitar dos salas más, de la Columna Solitaria, que el nombre ya nos da una pista de lo que nos encontraremos, una gran bóveda sujetada por una columna solitaria en el medio de la sala, y finalmente, la Sala de las Maravillas, llena de estalactitas puntiagudas que abarrotan la sala en un espectáculo de color, y que nos hace reflexionar acerca de las maravillas que encontramos en la naturaleza, la belleza que nos ofrece, y el compromiso de respeto y cuidado que nos arranca.
Para los más aventureros, a través del piso inferior, por donde transcurre actualmente el arroyo Valporquero, y que corresponde al segundo nivel de la cueva, podrán realizar toda una ruta de espeleobarranquismo llena de agua, toboganes, pozas, saltos, que desembocan en las Hoces de Vegacervera.
Web oficial y venta de entradas: http://www.cuevadevalporquero.es/index.html
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Cueva de Valporquero
Calle la Ropería, 2A, 24836 Serrilla de Torío. (Matalla de Torío) León
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